Vespertino es una pieza de vídeo monocanal. Un personaje femenino que, ininterrumpidamente, se afana por cerrar las múltiples ventanas de la sala recorriéndola de un lado a otro. La performer, obsesivamente, cierra las contraventanas que aleatoriamente se vuelven a abrir. La carrera crea recorridos inciertos que pretenden impedir la entrada de luz, filtrada desde el exterior de la estancia. Los rayos de sol son expulsados, evitados, como si de una amenaza se tratara. La habitación se muestra como un espacio que lejos de ser impenetrable, es continuamente vulnerado por la luz que lo invade. Fuera, intuimos un paisaje arbolado bajo un cielo tranquilo. La dedicación obsesiva del personaje por evitar la claridad resulta tan angustiosa como absurda.
Tras varias secuencias en las que la protagonista repite el mismo acto de clausurar ventanas nos invade la sensación de una nueva acción como consecuencia de la anterior. La narración, no obstante, permanece en ese tránsito entre la angustia y la obsesión.
Tras varias secuencias en las que la protagonista repite el mismo acto de clausurar ventanas nos invade la sensación de una nueva acción como consecuencia de la anterior. La narración, no obstante, permanece en ese tránsito entre la angustia y la obsesión.