La obra consta de diez ejemplares que describen el interior de la misma sala. Cada una de las piezas recoge un momento del habitar en la estancia usada por distintos ocupantes. Aparecen en los diversos dibujos: retratos de familia, mobiliario amontonado ante una inminente mudanza, la dependencia vacía, presencias replicadas de algún morador, muebles nuevos o viejos que suman capas de tiempo. Las ocupaciones del espacio se solapan, se sustituyen, y se reemplazan en los múltiples dibujos.
A través de la ventana se narra en cada obra un tiempo paralelo y ajeno al de la dependencia. Si en el interior el tiempo se ha detenido, fuera la secuencia de vídeo explica pequeños sucesos a otra velocidad, a través del movimiento real de las películas (paisajes en su mayoría que se mueven a velocidad de viajero o bien nos muestran su ritmo natural) descontextualizados por su escala o ubicación, construyen a menudo un paisaje surrealista.
A través de la ventana se narra en cada obra un tiempo paralelo y ajeno al de la dependencia. Si en el interior el tiempo se ha detenido, fuera la secuencia de vídeo explica pequeños sucesos a otra velocidad, a través del movimiento real de las películas (paisajes en su mayoría que se mueven a velocidad de viajero o bien nos muestran su ritmo natural) descontextualizados por su escala o ubicación, construyen a menudo un paisaje surrealista.
